En la Corredera Baja de San Pablo 31 de Madrid, el restaurante Bar Galleta hace una apuesta gastronómica de vanguardia internacional, enmarcada en un ambiente acorde y tremendamente ecológico al haber decorado en más de un 90% con materiales recuperados de derribo.
Los suelos en espiga recuerdan la materia prima de la galleta. Del mismo modo, el mostrador y sus colores rememoran el encanto machadiano del trigal castellano.
Los panelados y las alacenas, 100% material recuperado de derribo, consiguen una textura de color trigueño natural que evoca el viejo Madrid del siglo XIX.
La estudiada iluminación se consigue a través de lámparas de autor de la primera mitad del siglo XX.
Una lograda decoración que permite un ambiente envolvente y acogedor para degustar una gastronomía de raigambre internacional.
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